¿POR QUÉ MI PERRO ESTÁ TAN OBSESIONADO CON LA PELOTA?

Viene un señor con su Border Collie – desquiciado, aunque nadie me haya preguntado – y me dice, con su boca de comer pan:

“le encanta la pelota, es que se piensa que es una presa” 

Yo, que soy una persona muy expresiva – y seguramente esto se deba a que me comunico muchísimo con lenguaje no verbal con los perros – disimulo mi desconcierto y sonrío.

Raquiconsejo no solicitado: Mira, no puedes ayudar a todo el mundo que tiene perro, y esto me ha costado mucho comprenderlo,  no puedes entrar al trapo siempre, aunque tu intención sea buena, tu salud mental te lo agradecerá.

Y te desmonto el asunto rápido, en lo que pongo el agua para hervir la pasta.  

Un perro – ya sabes, cuatro patas, pelo y olfato privilegiado – es capaz de seguir un rastro durante kilómetros, capaz de detectar sustancias ilegales por muy mínimas que sean e incluso te reconoce por tu olor individual y exclusivo. 

Y resulta que confunde una pelota de tenis con un conejo. 

¿? 

La realidad es que los perros, instintivamente, se activan con el movimiento. 

Al igual que tú, si detectas con tu ojo de primate que un objeto viene hacia ti no te pones a pensar en lo que tienes que hacer, sino que entra en juego una respuesta totalmente automática para apartarte.

Tu perro, cuando algo se mueve, simplemente se activa su instinto “cazador” que viene de largo y que ha llegado a nuestros días. 

Sea una presa o una pelota.

Para tu perro, aunque la pelota sea un sucedáneo – en serio, sabe que no es un conejo – el perseguir algo en movimiento ES DIVERTIDO. 

¿Qué ocurre?

Que en la naturaleza, invertiría muchos recursos en perseguir a esa presa, si tiene suerte y la pilla, genial y si no, pues nada, pero empieza y termina la secuencia. 

¿Qué ocurre con la pelota? Que estamos activando continuamente un nivel altísimo de excitación sin que haya una finalización de ese proceso. 


Tu perro entra en el bucle pelotil y ya no hay manera de sacarlo de ahí. 

Entonces vuelve a casa agotado – sí – pero con un nivel de estrés altísimo, que se agrava si después de darle un tute a pelota te vas de casa y lo dejas 8 horas solo. 

Y esta es otra falacia, que aprovecho en lo que pongo la pasta en la olla: 

“Hay que cansar al perro” es el equivalente humano a “voy a ver si hago veinte mil actividades  hasta que mi cuerpo desfallezca” 

¿No hay un error de procesamiento aquí? 

Entonces, si tú llevas a tu perro una y otra y otra vez a situaciones muy estresantes (aunque sean divertidas) y luego esa excitación no tiene salida con actividades relajantes, el estrés empieza a acumularse porque entra en bucle.

Tiro mil veces la pelota – se agota, descansa X tiempo – vuelve la pelota y así cerramos un círculo. 

Un círculo vicioso del que a un perro le cuesta mucho salir, así que se vuelve una auténtica obsesión. 

Tirar de vez en cuando la pelota (o palos) no está mal, el problema viene cuando en las salidas, desaprovechas la oportunidad de darle un buen paseo solo para tirar la pelota de continuo (y esto lo he visto MUCHÍSIMO, y encima en perros muy energéticos como Border Collies o Malinois)

Además jugar con cuerda (a estirar y practicar el “suelta”) es mucho más interesante para vuestra relación y para conectar otras redes neuronales en tu perro. 

Pero esto te lo cuento otro día que tengo que poner la salsa en la pasta. 


Resumen: 

La pelota la carga el diablo, no es necesario cansar al perro sino favorecer que se relaje con otro tipo de actividades, incluyendo no salir a tirar pelotas porque se va a obsesionar, va a tener el estrés por las nubes y van a empezar las conductas problemáticas.