¿POR QUÉ MI PERRO NECESITA EDUCACIÓN CANINA Y NO TANTO ADIESTRAMIENTO?
Te cuento algo rápido, que mientras escribo esto es domingo y según dicen se hizo para descansar.
Va sobre mi vida, pero lo mismo te es útil.
Un adiestrador desahució a Rocky.
Un perro que me había tirado al suelo estando embarazada, con grave altercado de agresión con otros perros (Aunque fuese el atacado él). Raza PPP.
Tiene mala pinta, dijo el mal bicho.
Negaba con la cabeza en ese antro de mala muerte, donde otros perros estaban sentados en perfecta permanencia, mientras el mío – en el coche – ladraba como si nos atacara una manada de lobos y él solo quisiera defendernos.
La desesperación era tan grande como la ineptitud para poder ayudarlo.
Me fui de allí con la derrota en el pecho y un Rocky mucho más calmado una vez nos quitamos de en medio a tanto perro bien sentado sin moverse.
Y no me rendí, claro, porque una se cae al suelo, se pega la lloradita y sigue.
Así que en un momento de illuminati, decidí que haría un curso de adiestramiento canino.
De aquellas había dos corrientes.
- La “positiva” que se basa en dar salchichas al perro para conseguir la conducta adecuada.
- La vertiente troglodita. Los de castigar / reforzar por el bienestar del perro (siendo una contradicción en sí misma pero ¿Quién soy yo para dudar del prestigio de estos señoros?).
La vertiente troglodita mantenía cosas tan interesantes como que era un disparate No usar un collar de pinchos (Conocido como de castigo) ya que bien utilizado No tenía porqué hacer daño.
Era – según ellos – totalmente injusto mostrar únicamente a los perros a los que hacía heridas en los cuellos ya que era equivalente a enseñar solamente las personas heridas por arma blanca porque no se ha usado bien el cuchillo.
Por si te has quedado tan ojiplática como yo, y teniendo claro que lo de usar collares de pinchos y castigar no era mi rollo, empecé a adiestrar con salchichas, que me podía haber ido a Frankfurt a hacerlas yo misma.
Conseguí bastantes cosas, no te engaño.
Aprendí a usar palabras como “contracondicionamiento” “Condicionamiento” “Desensibilización” que a lo mejor a ti no te dicen nada pero que son básicas para modificar conductas por medio del conductismo.
También probé a mejorar la reactividad de Rocky en la calle siguiendo las indicaciones precisas.
No tuve éxito.
¿POR QUÉ EL ADIESTRAMIENTO SE QUEDA ESCASO?
El adiestramiento para algunos profesionales es la panacea, tiran chorros de agua para extinguir la conducta y consideran que no es maltrato.
Imagino que son los mismos que dicen que de niños les dieron dos bofetadas y tan normales que están.
Nos enfocamos en comandos básicos, que no está mal, ojo. Pero se pasan la problemática emocional por el arco del triunfo, lo que sí está mal.
Hay una pasión desmedida por controlar al perro y que sea “bueno” como si eso no fuese algo subjetivo, se centran en el control de la conducta sin tener en cuenta las razones subyacentes de ese comportamiento.
Se pasan por el forro la emocionalidad del perro, un ser vivo que siente, padece y te quiere.
Y además NO va a funcionar siempre.
LA EDUCACIÓN CANINA
A base de muchos cursos, libros y comerme la cabeza, mi forma de trabajar cambió a una versión más holística.
Si no profundizas en las razones emocionales que llevan a un comportamiento, si no comprendes de lenguaje canino, no vas a saber cómo ayudar a un perro de manera empática y con resultados que permanezcan en el tiempo.
Si tiras de comandos y a correr, te vas a cargar a un ser vivo porque desensibilizar está bien pero tienes que tener en cuenta mucho más.
Desde qué come hasta ver con detalle cómo es su día a día, cómo están sus referentes humanos, qué tipo de vida tiene, en definitiva, ese animal.
Y eso es mucho más que un comando.
Raquiconsejo final: Si necesitas ayuda con tu perro, no importa el motivo, mi consejo no solicitado de hoy es que busques a alguien que no se centre en comandos ni en extinguir conductas sin más, busca quién se preocupe por el bienestar real de tu animal.